24 septiembre 2005

Un libro: El egiptólogo

Autor: Arthur Phillips
"The Egyptologist". Traducción de Francisco Lacruz
Seix Barral, Barcelona, 2005
444 páginas. Catálogo
Depósito Legal: B.19.027-2005 __ ISBN: 84-322-9653-8

Texto de la contracubierta:

«Cuando en los años veinte Howard Carter descubre la tumba de Tutankamon, el más asombroso hallazgo de la historia de la arqueología, el egiptólogo Ralph Trilipush se juega su reputación profesional y la fortuna de su prometida en su obsesión por encontrar el enterramiento de un faraón apócrifo basándose en un jeroglífico pornográfico. Mientras, un implacable detective australiano llamado Harold Ferrell se enfrenta al caso de su carrera y recorre el globo en busca de un asesino. Y de otro. Y probablemente de otro más.

Esta inquietante, divertida y laberíntica novela se inicia en las llanuras del desierto egipcio en 1922 y serpentea por los tugurios de Australia o los salones de baile de Boston, pasando por Oxford o los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Y su mejor baza es que las dos tramas principales, aparentemente inconexas y rebosantes de intriga, confluyen en un final tan inevitable como sorprendente».
Esta excelente novela está escrita en forma epistolar. Por un lado las cartas que el investigador Ferrell, ya un anciano escribe a un tal Mr. Macy narrándole su caso más famoso. Por otro lado, los diarios que el egiptólogo Trilipush escribe durante su expedición egipcia. Parte de esos diarios contienen también sus cartas a Margaret, su prometida e hija de su mecenas. Al final del libro, tres cartas más terminan de encajar las piezas del puzzle que magistralmente ha trazado Arthur Phillips.

Confieso que comencé la lectura un tanto confundido por la aparente sencillez de la trama. Sin embargo, a medida que los personajes van enmarañando su vida (y no olvidemos que todo está en primera persona y que nadie confiesa nada a las claras) la novela va ganando en interés hasta atraparnos por completo en su laberinto. Porque un laberinto es lo que ha construido Phillips, a semejanza de las mejores tumbas egipcias, con cámaras y más cámaras, verdades y mentiras, que acercan o alejan al explorador de su sueño.

Reseñas: Félix Linares

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