Después de ver la película no puedo por menos que suscribir el comentario de Santiago Navajas que enlacé en la entrada anterior. Concretamente, estoy totalmente de acuerdo con el párrafo donde dice:
Lastrado en sus últimas películas por el fantasma del personaje que tan metódicamente ha ido construyendo en los últimos decenios, Woody Allen se olvida aquí de sí mismo para realizar su película quizás menos autoral, aunque no por ello falta de personalidad. El resultado es una historia contada con buen pulso narrativo que satisfará a los que encuentran pesada la habitual expresividad declamatoria del neoyorquino. Tampoco defraudará a los seguidores acérrimos de Allen, ya que recupera el tono maduro, ligeramente sombrío, de sus mejores películas, sobre todo Delitos y faltas, aunque la densidad filosófica que le gustaba imprimir en sus películas permanece ahora en un segundo plano, solamente apuntada en las referencias literarias explícitas [que ya he comentado] y en el aire de familia que Allen adopta respecto a tradiciones cinematográficas que hasta ahora le resultaban ajenas, fundamentalmente el suspense de corte hitchcockiano.Match Point no es una comedia. Esta es una advertencia importante porque mucha gente relaciona automáticamente a Woody Allen con el género cómico, donde ha brillado enormemente. Pero Allen es un cineasta mucho más complejo, un autor que ha conseguido retratar como nadie la angustia del hombre contemporáneo, especialmente en su etapa bergmaniana. Los años han suavizado esa angustia y el destilado es una película como esta, donde un arribista con suerte se ve obligado a elegir entre el amor y la comodidad. La elección no parece sencilla... aunque sea obvia para muchos. El resultado es sorprendente y una de las mejores películas del año.
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